Bueno, he pasado de escribir el día a día, pues hay que reconocer que ya era demasiado repetitivo.
Ya llevo casi 4 semanas a dieta, 2 semanas con un tipo de dieta y estas dos últimas semanas con la dieta que me recomendó el endocrino.
El balance es bastante bueno, contando con que esta semana estoy con la regla. Hoy me he pesado y la báscula me ha dado la gran alegría, 93.40.
Contando con que el lunes por la noche me salte la cena y me zampe una hamburguesa en pan recién hecho con cebolla caramelizada y Old Amsterdam … Pues la verdad que estoy bastante contenta.
¿Por qué me salte la dieta? Me sentía muy mal con la regla, me dolía y mi sensación general era de apatía. Y la verdad que después de tomármela no me sentí tremendamente culpable, ¿podría haberlo resistido? No, era preferible comerme la hamburguesa en ese momento que era su hora (la de la cena) que haber asaltado la nevera en otro momento.
El día que me llega la regla suelo necesitar de una comida más potente.
No sé si fue el karma o el que, pero a la mañana siguiente me levante mala… Sopitas de sémola, arroz, mimos, dos perretes y una manta.
Y ya el miércoles volví a la normalidad de comidas.
Respecto al deporte, pues muy positivo también. Los días que no corro (por el momento un poco más de dos kilómetros) pues patino unos cuatro o cinco kilómetros. Ahora mismo ni los tiempos ni las distancias son espectaculares pero poco a poco que tengo que lidiar con el asma también.
Me he planteado intentar mejorar mi forma física para entre otras cosas poder volver a subir a la montaña, mi gran pasión abandonada. En septiembre espero poder comenzar a hacer algo y ya el verano que viene buscar conquistar otro 3000.
Es una meta a largo tiempo, pero una meta que me va a mantener recta en mi camino.
A seguir con el jueves, que ya no queda nada para disfrutar de otro estupendo fin de semana.